jueves, 24 de junio de 2010

Mirando a otra mujer

Por qué los hombres miran a otras mujeres cuando van con su pareja
POR ROLANDO LINO MINA   

Es muy común que cuando un hombre está con su pareja, se le pueda escapar alguna mirada fugaz para una mujer que va pasando. Puede ocurrir en la calle, la plaza, el supermercado e incluso en una fiesta, sin previo aviso y en muchos de los casos, sin que exista el menor disimulo. En algunas ocasiones, el hombre en cuestión se hace conciente de tal contemplación, hasta que su compañera lo menciona en ese mismo momento. En otros casos, el suceso sale a colación en medio de una discusión, y el hombre lo recuerda vagamente o asegura no recordarlo en absoluto.

Los hombres utilizan un total de 259 horas al año exclusivamente admirando los atributos físicos de las féminas que se cruzan por su camino.
Por supuesto que casi para ninguna mujer resulta cómodo que su pareja le dedique miradas a una desconocida cuando van juntos. "Con ver no pasa nada... ¡Malo si tocáramos!", expresa un cibernauta en la sección de preguntas de Yahoo!, donde cientos de hombres y mujeres formulan preguntas en torno a este tema. Las respuestas en estos foros son variadas, notablemente cargadas de experiencias propias.
No obstante, se han realizado los más diversos estudios científicos en torno al acto de "mirar cuando vas con tu pareja". Los hallazgos y las conclusiones varían de acuerdo al contexto cultural y la época. En Alemania, por citar un ejemplo, un estudio concluyó que "los hombres que tienen cierta fijación con los pechos de las mujeres podrían llegar a vivir más años de los esperados".
Un trabajo reciente, publicado por Carola Inostroza en el periódico "El Mercurio" (Chile) recuerda que el "Centro Kodak Lens Vision" señaló alguna vez que los hombres emplean en promedio alrededor de 43 minutos al día mirando aproximadamente 10 mujeres distintas. El "Centro Kodak" encontró que los sitios favoritos de los caballeros para "sólo mirar" son los supermercados. Ese mismo estudio revisó también el comportamiento femenino para los mismos casos, y encontró que ellas sólo emplean 20 minutos al día, y sus lugares favoritos son los antros y demás sitios de diversión nocturna.
Por supuesto, el record de las mujeres no se acerca en lo más mínimo al de los varones, quienes utilizan un total de 259 horas al año exclusivamente admirando los atributos físicos de las féminas que se cruzan por su camino. ¿Tal impulso es irracional o es simplemente un acto instintivo propio de la naturaleza masculina?
Para los hombres, la vista es más importante
Varios estudios han demostrado que, si bien una deliciosa fragancia –sea un perfume o el aroma corporal- o una exquisita voz pueden atraer la atención de un caballero, el sentido de la vista tiene el mayor peso para llamar la atención del sexo masculino. "El hombre es mucho más reactivo a lo visual que las mujeres, porque su erotismo está fuertemente influenciado por las imágenes. Por eso existen las sex symbols que son parte del inconsciente colectivo masculino. Ellas son mujeres exitosas porque son deseadas", explica el ginecólogo y sexólogo Roberto Rodríguez.
El aspecto físico de las féminas ocupa un lugar preponderante dentro de la sexualidad masculina. La psicóloga clínica y psicoanalista Constanza Michelson, reconoce plenamente esta condición y señala las diferencias que existen entre hombres y mujeres: "La escena del striptease serviría para graficar la importancia del cuerpo de la mujer para los hombres, mientras que en los martes femeninos las mujeres se burlan y gritan mostrando el lugar que tienen los cuerpos para las mujeres. Para ellas no sería tan terrible que su pareja engordara", afirma.
La excitación sexual en las mujeres tiene un mecanismo distinto al de los varones y en consecuencia, para ellas no es suficiente mirar a un hombre. Debe existir "una narrativa, un cuento, una atmósfera especial" para encender la sexualidad femenina. "Los hombres por ejemplo se pueden masturbar o se excitan viendo algo. Una mujer se masturbaría con los ojos cerrados pasándose un rollo más que viendo algo. Por algo no existe pornografía femenina", explica Michelson.
A diferencia de las mujeres, a ellos les da lo mismo "el guión amoroso". Para el hombre, la fantasía consiste en que la mujer sea su objeto sexual. Por eso es visual y concentra la mayor parte de la excitación en el cuerpo. "Por esa razón es que no hay una complementariedad entre los sexos, entre las fantasías o entre los fantasmas de cada género, y esa es la condición que origina tantos desencuentros entre hombres y mujeres", sostiene la psicoanalista.
La siguiente pregunta sería entonces... ¿Por qué razón el sentido de la vista es el más relevante en los hombres y no en las mujeres? Durante décadas, se ha sostenido que la vista es el sentido en que más se han apoyado los hombres desde tiempos ancestrales, para poder identificar las ventajas reproductivas en la mujer y predecir si sería una buena madre, capaz de procrear hijos saludables.
Desear lo que no se tiene

A los hombres les da lo mismo "el guión amoroso". Para ellos, la fantasía consiste en que la mujer sea su objeto sexual, por eso es visual y concentra la mayor parte de la excitación en el cuerpo.
Sin embargo, Constanza Michelson desmitifica este concepto de lo natural o de lo instintivo, ya que actualmente "los hombres están lejos de querer una mujer para reproducirse solamente". De acuerdo a lo expuesto por esta especialista, los factores culturales son los que realmente pesan en la sexualidad humana y conducen a los hombres a dirigir la mirada hacia otras mujeres, "debido a una exacerbación respecto de su masculinidad que centra todo en lo sexual".
Michelson introduce el concepto del deseo en toda la historia. Tal como lo entiende el psicoanálisis, las personas siempre desean lo que no tienen y es por eso que muchos hombres fantasean con otras mujeres debido a que apetecen "eso que no tienen". Condición que por cierto les sucede también a muchas mujeres aunque en menor medida.
"En las relaciones serias, de largo plazo, pasa que el deseo decae, entonces buscan otra mujer que podría ser su amante y que también está aburrida de su marido. En ese momento ellos piensan que sus mujeres son frígidas y que la otra mujer si es sexual como él. Pero después, cuando tengan una relación con ellas, les va a pasar lo mismo", asegura.
Visto de este modo, podría afirmarse entonces que... ¿los hombres no tienen posibilidades de ser fieles a una sola mujer? O cuando menos... ¿Resulta imposible que los caballeros no miren a otras mujeres cuando están con su pareja? Según Roberto Rodríguez hay una especie de naturaleza polígama tanto en hombres como en mujeres, sin embargo, una vez más hay un contexto cultural que controla estos "instintos ancestrales".
Este sexólogo va más allá de lo rasgos que caracterizan a nuestra especie, y se enfoca concretamente en la calidad de los lazos que vinculan a una pareja. En ese sentido, no es lo mismo si un hombre mira a otra mujer y no está verdaderamente enamorado, a cuando siente algo profundo por su pareja. "Cuando no existe el amor, la imagen de una mujer externa empieza a ser más poderosa. Un hombre enamorado casi no mira para el lado porque no le nace, ni siquiera va a notar a otras mujeres. Su mujer es lo máximo para esa existencia", explica Rodríguez.
En opinión de Constanza Michelson, lo importante es construir un compromiso psicológico que sea capaz de controlar esos deseos externos. "El rasgo principal de como desea el sujeto humano es que desea lo que no tiene y es por eso que en las relaciones es tan común que uno mire para el lado. Por eso es que el amor para que pueda sostenerse tiene que estar con un compromiso psicológico porque el deseo siempre va a descender. El deseo siempre se va a extinguir en la medida que uno logre estar satisfecho y así no va a desear otra cosa", declara.
"‘El mirar y no tocar se llama respetar’. Tú puedes preguntarle a maridos o novios y muchos te van a decir que no tienen interés en engañar a su mujer. Ellos dicen 'mi mujer me encanta, me gusta, pero hay otras mujeres que son bellas’. Entonces, ¿por qué no las pueden mirar?", comenta el sexólogo Roberto Rodríguez, casi saliendo en defensa de su propio géner

No hay comentarios:

Publicar un comentario